Se ha dicho en broma que los ingenieros han demostrado que las abejas no pueden volar. No se esperaría que insectos de cuerpo tan “pesado” y con un reducido ángulo de batida de alas pudieran generar suficiente sustentación. Para descubrir los secretos del vuelo de la abeja, los investigadores “realizaron filmaciones a una frecuencia de 6.000 fotogramas por segundo”, indica la revista New Scientist. La técnica de las abejas se ha calificado de “insólita”. “El ala se mueve hacia atrás en un arco de 90° y mientras vuelve hacia delante va girando. Dicho proceso se repite doscientas treinta veces por segundo. [...] Se parece a una hélice en la que, además, la paleta rotara”, explica un miembro del equipo de investigación. Sus hallazgos quizás ayuden a los ingenieros a diseñar nuevos tipos de hélices y construir aeronaves más maniobrables.
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